Por Yareta González.
Mujer argentina cantautora, escritora y profesora de historia. Sobreviviente a la dictadura sufrida en Argentina y también al cáncer, nos cuenta sobre su visión personal y política acerca del periodo revolucionario que se vive en el país, el cual inspiró a su libro “La Luz está en Chile” publicado hace dos meses y también una serie de poemas que reflejan su postura.
Desde la tranquilidad de su casa Beatriz hace memoria desde la primera vez que fue perseguida por reclamar una injusticia social, tenía aproximadamente 11 años y recuerda como reclamar una actitud de violencia de su profesora le causó ser atormentada por el resto de los días.
Hoy Beatriz continúa reclamando sobre la sistemática violencia por parte del Estado hacia el pueblo, mediante sus canciones, poemas y su nuevo libro “La luz está en Chile”. Sus vivencias como mujer activa en la sociedad política acompañada de sus vivencias personales, han conformado un punto de vista crítico y realista con la cual hoy observa lo ocurrido en Chile. País en el que logró superar el cáncer, como menciona “salve mi vida aquí en Chile, contra todos los pronósticos médicos”.
Mirada de una sobreviviente que ha-bla desde la empatía hacía el dolor, “antes de iniciar mi militancia orgánica tenía esta sensibilidad que afortunadamente conservo y conservaré mientras viva. Sentir el sufrimiento de los demás como propio, la empatía es un término que está bastante de moda, pero que yo lo concibo únicamente como acción. Si el sentimiento no se traduce en una acción comprometida con quién está sufriendo, para mí no es empatía, para mí es sentimentalismo superficial y arrogante”.
Sensibilidad y empatía que le permiten expresar mediante su arte malestares que aquejan a la sociedad, ejemplo de ello es su canción “Generación del 70”, generación de militantes, sobrevivientes y desaparecidos que dieron frente a la dictadura argentina a la cual pertenece con orgullo.
Es por eso que hoy habla respecto a la ansiada democracia, la cual considera que no está presente en Chile, debido a que existe extrema violencia institucional que persigue y asesina a personas comunes y también a militantes populares. Respecto a esto, se refiere a los presos políticos de la revuelta al igual que los presos políticos mapuche, a los mutilados oculares, personas heridas de bala como resultado de la participación y organización en la búsqueda de la dignidad.
Algunos resultados han surgido desde el inicio de la revolución, como el retiro del 10% o el proceso constituyente. Beatriz menciona, “esto no significa soltar las calles ni dejar de organizarse, tampoco de movilizarse. Ahora tenemos más razones que antes para reclamar organizadamente en las calles y en los territorios”. La importancia del resultado, lo es tanto como la del intento.
El despertar de la conciencia que traerá consigo, en sus palabras, “va a ganar el desenmascaramiento de falsos referentes que se quieren subir al caballo de la lucha real, entonces hay que hacer experiencia y ahora la estamos haciendo”. Arguye este conocimiento que es el arma para luchar contra de la burocracia y su constante uso de la letra chica como especialistas en realizar trampas, ese es su poder, trampear la voluntad popular, pero que esta vez no logrará engañar a la gente.
El despertar es irreversible y Beatriz al igual que muchos chilenos despertó, ella se autodefine, “soy una irreverente crónica, una sublevada, una rebelde, pero no una rebelde sin causa, una con causa, y la rebelión chilena tiene profundas causas”.